30 diciembre 2006

Séptimas de un gato




Entre hielos y fuego naciente

Un sentimiento que estremece

Corazón de león ardiente

Fría racionalidad inmemorial

Persistes en no caer al olvido

Mas hoy reavivan mi ser

Vientos de ímpetu palpitante.


Un rumbo claro mi mente fija

Mas mi corazón es brújula loca

Debatiéndose entre espinas y rosas

Alma que aparentaste ser acero

Frío ingenio analítico

Aprendiendo a dejarse llevar

Por los compases del espíritu.


¡Deja libre tu corazón latente

Bailar al son del amor!

Poco a poco gesto una tormenta

Fuego de frenesí incontenible

¿Arderán las velas de mi buque?

El mar será cómplice testigo

De esta alocada travesía


Mas ¿De qué sirve esperar?

Al final el racionalista extremo

Y el soñador niño rebelde

Enfrentados en incesante duelo

Caen confundidos en un mismo ser

Mientras tanto seguirá la espera

Sólo guíame en este andar.


La ilusión nunca morirá

Al mirarse nuestros ojos

Señalarás el final del camino

Y quizás escuche decir al SOL:

“Es hora de descansar caminante

Duerme junto al mar crepuscular

¡Escucha al viento del horizonte!”


La espera en culminación

Dará paso a otro amanecer

Al ritmo de tu corazón

El mío latirá sereno

Junto a tu rostro infante

Y al fin gritaré en sueños

Un te amo a los cuatro vientos


Octubre 03 de 2005

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